Todos los días mis hijos me muestran como fui yo para mis padres cuando tenía su edad. Algunos días son buenos; otros no lo son tanto. De vez en cuando tengo recuerdos de hace 30 años, y oigo la voz de mi padre mientras estoy regañando a la tropa.
Parte de nuestra herencia pecaminosa es el deseo de tener la cosecha sin haber trabajado. Satanás es mentiroso y tramposo, y por eso no nos debemos sorprender cuando vemos en nosotros y en los demás una inclinación tan fuerte a los atajos. Siempre va a ser más divertido soñar con ganarse el premio gordo en un juego de azar, que trabajar. Parece que hacer trampa y robar siempre funcionan mucho más rápido y más fácil que trabajar.
Satanás es el dueño del corto plazo. El pecado siempre proporciona un corto estallido de emoción. “Sabroso le es al hombre el pan de mentira, pero después se le llena la boca de cascajo” (Proverbios 20:17). Sólo Dios es el dueño del largo plazo. No hay atajos a la verdadera satisfacción y paz de la mente. A usted seguramente no le gustaría el sabor del cascajo.
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