sábado, 24 de octubre de 2015

El Padrenuestro: La Doxología

¿Ha notado que la conclusión del Padrenuestro, como la decimos en la iglesia, no se encuentra en la Biblia? Los protestantes, casi universalmente, terminan diciendo: "Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos."

Aunque esa doxología (una breve declaración de alabanza a la Trinidad) no está en la
oración de la Biblia, constituye un final muy apropiado para la que enseñó Jesús; explica por qué tenemos plena confianza en que se nos concederán todas las cosas que pedimos, reafirma nuestro compromiso de santificar el nombre del Señor, de trabajar para extender su misericordioso reino en el corazón de las personas, y hacer de la obediencia a su voluntad la prioridad en la vida.

San Juan escuchó un canto magnífico de diez mil veces diez mil ángeles que están alrededor del trono de Dios: 
"y decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza»" (Apocalipsis 5:12).
Una doxología como esa es una buena manera de finalizar cualquier oración, porque:
• Afirmamos que Dios es nuestro supremo Gobernante, nuestro Rey.
• Afirmamos que Dios es poderoso para hacer todo lo que le pedimos y más.
• Le suplicamos que nos conceda darle el honor y la gloria porque él nos da cuanto le pedimos.

Y cuando usted dice "Amén" al final, pone su signo personal de exclamación en lo que acaba de decir. "¡Esa es la verdad!"

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