miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Padrenuestro: La Tercera Petición

"Cuando oréis, decid: ‘Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra’" (Lucas 11:2; Mateo 6:10).

¿No parece esto un retroceso? Uno va a Dios en oración para decirle lo que quiere, y después
 Jesús dice que es mejor ir a Dios en oración y pedirle primero lo que él quiere. Sabio consejo. El punto es que no sabrá lo que es bueno para usted hasta que esté en sintonía con su bondad. No sabrá cómo pedir con inteligencia hasta que esté en sintonía con su sabiduría. Jesús dio ejemplo de esta actitud humilde y saludable en todo el camino a la cruz. Cuando él mismo dio la terrible batalla espiritual para seguir firme en el plan de ofrecer su vida, fue a su Padre en oración, en el jardín de Getsemaní. Oró diciendo: "No se haga mi voluntad sino la tuya". El resultado fue una determinación fortalecida que condujo a la aplastante derrota de Satanás y al perdón que ganó para todo el mundo. Los momentos más grandes y más satisfactorios de su vida sucederán cuando esté haciendo la voluntad de Dios como su jubiloso representante en la tierra.

lunes, 21 de septiembre de 2015

El Padrenuestro: La Segunda Petición

Es un error pensar que el reino de Dios es sencillamente un lugar; toda la tierra es del Señor, y los cielos también. La Biblia usa ese término para referirse a la actividad gobernante de Cristo, su "reinado" en el corazón de las personas por medio de la fe en él. 

"Cuando oréis, decid: ‘Venga tu Reino’" (Lucas 11:2). 
Al pronunciar esa poderosa oración, usted le está pidiendo encarecidamente al Espíritu Santo que haga la maravillosa obra de crear y fortalecer la fe en el corazón de más y más personas. También se está comprometiendo con esa misión como su representante. Creo que se puede decir que esta petición es una oración por las misiones, una oración para que el infierno esté más vacío y el cielo más lleno. Es una oración para que el Espíritu saque las mentes y los corazones de donde la oscuridad de Satanás suele extenderse como una negra nube venenosa. Es una oración para que los que nacen, viven y van a morir esclavos del pecado y de Satanás se conviertan en ciudadanos del reino de luz de Cristo. Toda cosa material que usted pueda tocar con sus manos pronto le será quitada, cuando muera; lo único que puede llevar con usted al cielo son las personas. Ore por ellas. Ayúdeles a descubrir lo maravilloso que es pertenecer al Rey Jesús.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El Padrenuestro: La Primera Petición

Para que obtenga más provecho de la experiencia de la oración, Jesús lo aparta de usted mismo. ¿Ha notado que la mayoría de las peticiones de este modelo de oración lo llevan a pensar en el plan de Dios en lugar de los suyos? No es que las cosas materiales no sean importantes, es que la Palabra de Dios y sus caminos son mucho más importantes. La primera frase de Jesús tiene sólo cuatro palabras; no se apresure cuando las diga, tienen un enorme significado. 

"Cuando oréis, decid: ‘santificado sea tu nombre’" (Lucas 11:2).
El "nombre" de Dios se refiere no solo a los diversos nombres propios que la Escritura nos revela como el Señor o Cristo; el nombre de Dios en su sentido más pleno es su auto-revelación, es la suma de lo que sabemos acerca de la persona y la obra de Dios. La palabra santificado ha perdido significación en el español contemporáneo; significa "considerar santo". Usted no puede hacer que Dios sea más santo de lo que ya es, ¿verdad? Pero puede pedir la ayuda de Dios para llevar su santidad en el corazón, para que así vean la bondad divina las personas que lo rodean en la vida. Eso significa un no a los ídolos. Eso significa sacar la basura de su mente y entregarse otra vez al único Creador, único Salvador y único Consejero. Eso significa irradiar a todo lo que lo rodea la convicción de que "estoy orgulloso de mi Dios".

lunes, 14 de septiembre de 2015

El Padrenuestro: La Invocación

El ministerio público de Jesús duró tres años. Les habló a muchas personas en diferentes ocasiones. Los cuatro evangelios conservan sólo cantidades relativamente pequeñas de sus preciosas palabras. Jesús habló claramente acerca de los mismos temas en un lenguaje similar en diferentes momentos. Tanto Mateo como Lucas registran versiones ligeramente diferentes de la magnífica oración que les enseñó a sus amigos para que la usaran. 

"Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar y, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: ‘Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos’. Él les dijo: ‘Cuando oréis, decid: "Padre nuestro que estás en los cielos’" (Lucas 11:1,2; Mateo 6:9)
La plataforma sobre la que descansa toda oración verdadera es recordar quién es usted y a quién le está hablando; no le está hablando a un almirante o a un general, ni a un presidente o a un superhéroe, sino a su Padre, a su Padre celestial; es pariente de él, él le dio nacimiento y renacimiento, lo ama más de lo que usted ama a sus propios hijos. Puede reclamar su atención con la confianza de un niño, porque él lo ha adoptado públicamente a usted por medio del bautismo. Cuando usted ora, no está llenando una solicitud de ayuda para una fundación caritativa celestial, le está hablando a su Padre. Y a él le agrada cuidar de sus hijos.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Obstáculos en la comunicación: Sólo hablar

Quizás yo oraría más si no pareciera tan ineficaz. Cuando estoy orado, debe parecer que hablo conmigo mismo, murmurándole cosas imposibles a nadie. Todo el mundo anhela una señal, poder y control, ¿no es así? ¿No hubiera sido mucho mejor si al llegar a ser cristiano, hubiera recibido una espada de luz?, ¿O de relámpagos azules?, ¿O un millón de dólares en lingotes de oro? En cambio, Dios simplemente me invita a hablar con él.

Hablar es poco efectivo, ¿verdad? Tal vez sea así, pero no cuando usted se dirige a su Padre Celestial en el nombre de Jesús. Ya sea que pronuncie su mensaje en voz alta, lo cante, lo susurre, o sólo lo piense, Dios lo escucha y le garantiza que procesará su petición.

Lo que puede parecer una pequeña persona emitiendo simplemente débiles sonidos, se convierte en algo poderoso. El apóstol Santiago tiene una manera sencilla, contundente y directa de ayudarnos a entender los caminos de Dios, dice: "La oración eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16).

¿Lo capta? Cada vez que usted ora, pone algo en movimiento. Cada vez que usted ora, algo cambia en el universo. Usted nunca ha desperdiciado una oración en su vida, ninguna oración cae a la tierra sin haber sido escuchada y sin respuesta. Su oración lo hace poderoso y efectivo para la obra de Dios y para sus necesidades.