viernes, 20 de marzo de 2015

Dé dinero a la manera de Dios - Reflexiones

Quedé abatido. Un domingo, cuando estaba saludando a los fieles después del culto, uno de los miembros se acercó y me dijo: Ay, pastor, si hubiera sabido que el tema de este domingo era la mayordomía, no hubiera traído un amigo”. 
¡Ay! ¿Estuve tan mal? ¿Hice que Jesús se viera mal ese día? ¿Convertí uno de los privilegios más alegres de un cristiano en un deber sin alegría?



La ofrenda es una manera de adorar. Llevarle ofrendas a Dios es reconocerlo como el Hacedor de todo (recuerde: “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella”), el Dador de todo (recuerde: “¿Qué posee usted que no haya recibido primero?”), y digno de lo mejor de nosotros (recuerde: “Él se hizo pobre, para que por su pobreza fuéramos enriquecidos”).

Devolverle dinero a Dios es asunto de “quiero”, no de “tengo que”. “Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros estarán colmados con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto” (Proverbios 3:9,10).

Dios ya está viviendo en el futuro de usted, y es capaz de devolverle más rápido de lo que usted puede darle a él. Sienta el amor. Sienta la alegría.