jueves, 20 de agosto de 2015

Obstáculos en la comunicación: Prioridades equivocadas

Una de mis debilidades persistentes es que quiero escribir mi propia obra, la obra de mi vida, la obra de mi vida en la que yo sea la estrella, para la que me gustaría escribir el guion. Puedo hacerlo más o menos bien por mí mismo durante un tiempo, y luego cuando encuentro un problema demasiado grande para mí, clamo a Dios para que aparezca en "mi" escena, a mi señal. Por lo general no me complace en esos momentos. Hmm... Me pregunto por qué.

En medio del Sermón del Monte, Jesús les ayudó a sus discípulos a ver cómo funciona realmente el universo. Cuanto más se aferre usted a las cosas materiales, cuanto más se enamore de usted mismo y de sus planes, menos logrará y menos satisfacción sentirá.

He aquí un camino mejor: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33). Buscar el reino de Dios significa verse a sí mismo como creación de Dios, puesto por Dios aquí en la tierra para una misión, su misión. Usted está en su obra, y le hará saber a usted cuál es el papel que quiere que usted represente para él.

Buscar la justicia de Dios significa elegir y valorar como su más preciosa posesión el perdón de sus pecados por medio de la sangre de Jesús. Cuando usted posee eso, todo lo demás que Dios considere que usted necesita vendrá por añadidura a su vida.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Obstáculos en la comunicación: Poca fe

Alguien observó una vez que se puede decir cuán grande es el Dios de una persona por lo grandes que sean sus oraciones. ¿Entiende el punto? ¿Está de acuerdo? ¿A quién adora usted en realidad? ¿Es omnipotente o casi omnipotente? ¿Es el Rey y Señor de todo o sólo el duque o el conde de todo? ¿Es él el Señor del universo o simplemente un gerente de nivel medio? ¿Satanás ha recibido realmente un golpe mortal o sólo una herida superficial?


Los discípulos de Jesús estuvieron una vez en una pequeña barca durante una tormenta gigantesca. La barca estaba undiendose en el agua, y su Dios parecía pequeño y lejano. 

"¿No tienes cuidado que perecemos?" En el momento oportuno, Jesús miró a las olas y les recordó que trabajaban para él. "¡Calla!", reprendió al furioso viento, "¡Enmudece!"

A los asombrados discípulos les dijo con tristeza: "¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?" (Marcos 4:40). Lo positivo es que las experiencias como esta ayudaron a que su fe creciera y madurara. El recuerdo de estos acontecimientos extraordinarios les sirvió más tarde en su ministerio, cuando fueron llamados a arriesgar su vida por el evangelio.

¿Cuán grande es su fe? ¿Cuán grande es su Dios? ¿Cuán grande se atreve a hacer su oración?

viernes, 14 de agosto de 2015

Obstáculos en la comunicación: Temor a la decepción

Tengo que admitir que una cosa que desestimula mi deseo de orar es el temor. Le tengo temor a la decepción. La oración, la verdadera oración, la oración sincera, implica la apertura del corazón, dejando al descubierto los sentimientos, tomando un riesgo, dejando al descubierto el lado tierno en lugar de la endurecida armadura que normalmente se le presenta al mundo.


En una ocasión, la intercesión del profeta Eliseo le dio a una mujer mayor un hijo que había esperado por mucho tiempo. Eso fue un éxtasis para su alma, había deseado muy, muy intensamente ser madre. Después el niño se enfermó y murió en sus brazos. Al comienzo quedó muda por el golpe, finalmente exclamó en amarga aflicción, en el dolor de su alma: "¡Lo sabía!": "¿Acaso le pedí yo un hijo a mi señor? . . . ¿No te dije yo que no te burlaras de mí?" (2 Reyes 4:28). Elías tuvo el gran privilegio de dirigir el poder vivificante de Dios hacia el niño, y con gran gozo lo devolvió a la madre.

Pero yo conozco el temor de ella, y probablemente usted también. A veces podemos dudar de pedirle a Dios algo que necesitamos o queremos urgentemente, porque suponemos que la petición será rechazada.

El maravilloso ministerio de Eliseo nos ayuda a confiar en que Dios siempre tiene la última palabra, y su última palabra es siempre de bendición, de bondad y victoria. Usted no tiene que tener temor a abrir su corazón; incluso si eso le hace experimentar dolor, el dolor se convierte en el camino a una alegría aún mayor.

jueves, 13 de agosto de 2015

Obstáculos en la comunicación: Culpa

Cuando era niño, siempre sabíamos que cuando el perro se escabullía por la casa y se
ocultaba de nuestros ojos, pronto íbamos a encontrar un "accidente" en la sala. Cuando uno sabe que le ha hecho mal a alguien y lo ha ofendido, tiene un poderoso elemento de disuasión para tener una conversación íntima y cercana con esa persona; la culpa le produce deseos de huir. 
Una avergonzada primera pareja se escondió entre los arbustos al oír los "pasos" de Dios en el jardín. Cuando sentimos la culpa de un pecado no confesado, una de las primeras víctimas es el deseo de orar.

Esta es la belleza de la relación con nuestro Dios: que no se basa en nuestro desempeño y conducta, sino en su gracia, es decir, en su decisión de amarnos y perdonarnos de manera incondicional. Jesús vino a esta tierra no para imponerles medallas a superestrellas espirituales, sino a rescatar a necios y avergonzados pecadores como usted y como yo; él dijo una vez: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).

Cuando usted es consciente de sus faltas, cuando su conciencia lo enferma por dentro, cuando está demasiado avergonzado para orar, es el mejor momento para orar y pedir el perdón que fue comprado para usted, para un momento así. La misericordia de Dios es más grande que su pecado; él nunca desprecia un corazón contrito y humillado (Salmo 51:17); de hecho, su especialidad particular es la curación de los corazones rotos y proporcionar descanso a los espíritus inquietos.