Por Enrique Monterroza
Josué 24: 14, 15"Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
Se dice que nosotros los latinoamericanos
somos machistas y que en nuestras casas se hace lo que nosotros decimos y no lo
que nuestras esposas dicen. Pero yo he sido testigo muchas veces de hogares
donde ese dicho de los latinoamericanos no se cumplen, y las que dirigen la
casa son las mujeres y no los hombres.
Ahora bien, estoy totalmente en contra del
machismo, puesto que Dios no nos ha hecho cabeza para maltratar a nuestra
esposa, ni para mandar y tomar decisiones locas, es más Dios que nos ha dado a
nuestra ayuda idónea nos pide en su Palabra que las tratemos como a vaso frágil.
Si bien es cierto que estoy totalmente en
contra del machismo, también estoy totalmente en contra del feminismo. No me
parece correcto que mujeres quieran a la fuerza desempeñar el rol que Dios nos
ha delegado a nosotros como hombres. La Biblia habla sobre que la mujer tiene
que sujetarse a nosotros.
Como cabezas de hogar tenemos una
responsabilidad mayor, ya que en nuestras decisiones esta la responsabilidad de
mantener unida a nuestra familia. Pero qué triste es cuando un hombre cabeza de
hogar no está tomando el rol que le compete y se está dejando manipular por las
“voces extrañas”.
El anterior versículo narra un episodio en
donde podemos sacar muchas enseñanzas, pero en este momento me quiero dirigir a
una en concreto y es la autoridad que Josué tenía como para decir: “Yo y mi
casa serviremos a Jehová”.
¿Cuántos de nosotros nos preocupamos porque
nuestra familia tenga salud espiritual?, ¿Cuándo fue la última vez que le
preguntaste a tu hijo del porque no está asistiendo a la Iglesia?, ¿Cuándo fue
la última vez que le preguntaste a tu esposa como se sentía espiritualmente?,
nosotros como cabezas de hogar, tenemos la responsabilidad de ser unos
sacerdotes en nuestra casa y unos pastores espirituales para nuestra familia.
Dios quiere que nosotros nos preocupemos
por el bienestar espiritual de nuestra familia. Lastimosamente hay hogares
“cristianos” en donde el Padre no hace nada por animar a su familia a buscar de
Dios, quizá el hijo anda en malos pasos, la esposa sin deseo de congregarse, su
hija con novio y pegada al celular todo el día y mientras tanto nosotros como
cabeza de hogar estamos pasivos viendo como nuestra familia se pierde poco a
poco y se aleja del Señor.
Amado hermano, es hora de tomar el rol que
un día Dios nos delegó, es hora de velar por el bienestar espiritual y en todo
sentido de nuestra familia, es hora de ser los sacerdotes que Dios quiere que
seamos en nuestro hogar, de tomar en serio nuestro papel de pastores
espirituales de nuestra familia, pero para ello es necesario comenzar nosotros
mismos a mantener una verdadera relación personal con el Señor, a buscarlo para
ganar autoridad, a dar un testimonio que sea ejemplo a nuestra familia, pues
eso es lo que Dios anhela de nosotros.
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