Usted ha escuchado la frase "más triste pero más sabio", ¿verdad? ¿Le ha llegado gran parte de la sabiduría de la vida por medio del dolor? Esa frase memorable viene de un poema casi olvidado: “La Balada del Viejo Marinero”, del escritor ingles Samuel Taylor Coleridge: “Se fue como uno que ha sido conmocionado, y con una sensación de desamparo: un hombre más triste y más sabio, se levantó a la mañana siguiente”.
Sin duda, uno de los más tristes espectáculos de la televisión en los Estados Unidos es cada conferencia de prensa a la que convoca una persona de la política a quien han sorprendido con una prostituta, un amante homosexual, un subalterno del congreso, o un pasante. La persona lucha, se retuerce, inventa excusas, evade las preguntas directas, y se ve abatida. A veces aparecen en cámara al lado de un cónyuge demacrado.
Piense en el enorme daño que se le puede hacer a la vida de las personas con un momento de pecado impulsivo y temerario. Ojalá esas personas hubieran pensado en ese daño potencial antes de actuar cediendo a sus impulsos egoístas. Ojalá alguien los hubiera despertado de su inmoral sopor antes de que les hubieran hecho todo eso daño a los miembros de su familia.
Esa es la esencia del aprendizaje con palabras en lugar de dolor. Este es el momento de escuchar la palabra de Dios. Este es el momento de tomar sus palabras en serio. Este es el momento de despertar y recordar lo que está en juego. “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría y obtiene la inteligencia” (Proverbios 3:13).
He aquí la sabiduría: recordar nuestro pasado, adoptar nuestra verdadera identidad, reafirmar nuestra misión, y recuperar nuestro poder.
Fuente: Devocional Más Sabio y Más Feliz
