jueves, 29 de octubre de 2015

Características de la oración poderosa: Por otros

Todos tenemos una tendencia egoísta por naturaleza. Cuando nos damos cuenta de que podemos acceder al trono de Dios mediante la oración, nuestros primeros instintos son cuidar sólo de nosotros mismos. Pero así como el crecimiento espiritual nos ayuda a sentir la alegría y la satisfacción que provienen de servir a otras personas, el crecimiento y la madurez en la oración nos lleva a pensar en las necesidades de los otros antes que en las nuestras.

Pablo les pidió a sus hermanos y hermanas de Asia que oraran por él, mientras estaba prisionero en Roma, esperando el juicio en la corte imperial. 

"Orad también por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, y con denuedo hable de él como debo hablar" (Efesios 6:19,20).

La palabra formal para este tipo de oración es intercesión. Yo personalmente he sido sostenido por las oraciones de otras personas maravillosas en tramos de mi vida en los que he estado demasiado distraído o perezoso para orar por mí mismo. Hasta que llegue al cielo, usted no sabrá cómo ha sido bendecida su vida por las fieles oraciones de personas que lo aman.

¿Puedo atreverme a pedirle que ore por mí hoy, para que pueda proclamar el evangelio sin temor?

martes, 27 de octubre de 2015

Características de la oración poderosa: Persistente

A los padres no les gusta que sus hijos les rueguen ni que su cónyuge los acose. Si a usted le
piden algo y la respuesta es no, no quiere volver a escuchar sobre eso una y otra vez, ¿no sería lógico suponer, entonces, que Dios se irrita cuando le pedimos algo más de una vez?

¿Lógico? Sí. Pero en realidad, la verdad es todo lo contrario; él no ve la repetición de las oraciones como ruegos molestos ni como acoso. "También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar. . . . 

‘¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?’" (Lucas 18:1,7).

En esa pequeña historia de Jesús, una viuda acosó por justicia a un juez hasta que él se la concedió. En lugar de criticar a la mujer por tanta persistencia, Jesús la alabó e invitó a todos los creyentes a ser como ella.

Cuando parece que nuestra primera oración no fue concedida, no sabemos con seguridad si Dios está diciendo no permanentemente, o si su respuesta es "quizás", o si la respuesta es "más tarde". Lo que sí sabemos es que el Padre no sólo tolera sino que acoge e incluso alaba las oraciones persistentes. ¡Ore y no desmaye!

sábado, 24 de octubre de 2015

El Padrenuestro: La Doxología

¿Ha notado que la conclusión del Padrenuestro, como la decimos en la iglesia, no se encuentra en la Biblia? Los protestantes, casi universalmente, terminan diciendo: "Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos."

Aunque esa doxología (una breve declaración de alabanza a la Trinidad) no está en la
oración de la Biblia, constituye un final muy apropiado para la que enseñó Jesús; explica por qué tenemos plena confianza en que se nos concederán todas las cosas que pedimos, reafirma nuestro compromiso de santificar el nombre del Señor, de trabajar para extender su misericordioso reino en el corazón de las personas, y hacer de la obediencia a su voluntad la prioridad en la vida.

San Juan escuchó un canto magnífico de diez mil veces diez mil ángeles que están alrededor del trono de Dios: 
"y decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza»" (Apocalipsis 5:12).
Una doxología como esa es una buena manera de finalizar cualquier oración, porque:
• Afirmamos que Dios es nuestro supremo Gobernante, nuestro Rey.
• Afirmamos que Dios es poderoso para hacer todo lo que le pedimos y más.
• Le suplicamos que nos conceda darle el honor y la gloria porque él nos da cuanto le pedimos.

Y cuando usted dice "Amén" al final, pone su signo personal de exclamación en lo que acaba de decir. "¡Esa es la verdad!"

lunes, 19 de octubre de 2015

El Padrenuestro: La Séptima Petición

Llámenme ingenuo, pero me gustaría pensar que no tengo enemigos. Me refiero a verdaderos enemigos, personas que quieran asaltarme o matarme.


Eso es lo que a Satanás le gustaría que yo piense. La Biblia dice que el diablo es un dragón, un león, una serpiente, que anda siempre rondando buscando a quien devorar, y en verdad es un enemigo mortal. Nos quiere atacar físicamente, invadir nuestra mente, volver a esclavizarnos a nuestra voluntad, y atraparnos para siempre en la mazmorra ardiente y sulfurosa, que es su destino.


"Cuando oréis, decid: ‘líbranos del mal’" (Lucas 11:4; Mateo 6:13). 

Tenga conciencia de lo que esto significa cuando ore. Las palabras diablo e infierno han perdido mucho de su significado en la forma de hablar hoy; son palabras para bromear, son palabras rudas para dar énfasis a las expresiones. Pero contienen una realidad mortal: que el príncipe de las tinieblas está buscando a quien devorar, y viene por usted.

Jesús aplastó la cabeza de la serpiente cuando murió y resucitó. Todos los que confían en él como su Salvador son perdonados, inmortales y seguros. Pida el perdón de Cristo, crezca en el conocimiento y en el poder que da la Palabra, y ore por la liberación final. Cuando esté en el cielo, ya no tendrá que orar haciendo esta petición.

viernes, 16 de octubre de 2015

El Padrenuestro: La Sexta Petición

El Padre celestial vigila su progreso en el camino a la vida eterna y desea ardientemente su éxito, no le agrada ver que algunos caen. Jesús lo exhorta para que pida la ayuda del Padre para mantenerse fuerte: 

"Cuando oréis, decid: ‘no nos metas en tentación" (Lucas 11:2,4). 

Santiago 1:13 nos muestra que Dios no tienta a nadie a pecar, él aborrece esa idea. Las cinco
palabras de esta petición son la abreviatura de una súplica para que Dios tenga misericordia de nosotros, por nuestras muchas debilidades pecaminosas y nos guarde de cometer suicidio espiritual. Todos somos propensos a ser descuidados, obstinados, duros de oído e imprudentes en la manera de vivir, y tenemos que seguir pidiéndole a Dios que envíe a sus ángeles protectores. Usted le puede ayudar a Dios a responder esta oración. La Biblia es un recurso poderoso para guardarnos de la tentación; es la armadura para el corazón y el yelmo para el cerebro. Espero que usted la lea todos los días. Dios también envía a otros cristianos a su vida; escúchelos cuando le hablen palabras de advertencia. Uno de los más grandes dones que le da Dios para protegerlo es su congregación. Si usted tiene una, apréciela mucho y dele gracias a Dios por la fortaleza que obtiene de ella. El pastor se preocupa por su bienestar espiritual, ora para que su viaje sea seguro, y le ayudará a tener cuidado con las cunetas.

viernes, 9 de octubre de 2015

El Padrenuestro: La Quinta Petición

Sólo el cristianismo otorga este don. Todo ser humano que haya vivido tiene conciencia, y sabe dos cosas con certeza: hay maldad en mí, y tengo algún tipo de problema con el poder sagrado que existe. Cuando las gentes hacen sus propios sistemas religiosos, siempre ponen la presión sobre el individuo para hacer las paces; hay reglas para obedecer, rituales para observar, propiciaciones y sacrificios, peregrinajes y diversos actos de devoción y obediencia. Pero solo el cristianismo regala el perdón. Jesús lo invita a pedirlo. 

"Cuando oréis, decid: ‘Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben’" (Lucas 11:2,4). 
Jesucristo, en la cruz del Calvario, obedeció perfectamente, hizo el sacrificio y el pago
necesarios; compró el perdón de los pecados para todo el mundo, y todo el que cree lo tiene. Él lo regala. También les ordena a sus creyentes que cada día tengan la misma misericordia para con los necios y los pecadores que los rodean. ¿Cómo puede ser tan fácil la primera mitad de esta oración y la segunda mitad tan difícil? Cuando ore la Quinta Petición, hágalo con toda su fuerza; no permita que Satanás le robe la absoluta confianza en el perdón, y no deje que un espíritu mezquino les niegue ese mismo perdón a las personas que lo piden de usted.

martes, 6 de octubre de 2015

El Padrenuestro: La Cuarta Petición

Ahora, Jesús nos invita a pedir cosas materiales. Después de reorientar las prioridades para poner a Dios en el trono de nuestra vida, de comprometernos con su plan de salvación, y prometer obediencia a su voluntad, estamos preparados para hablar de las cosas físicas. 

"Cuando oréis, decid: ‘El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy’" (Lucas 11:2,3). 
Una costumbre muy conveniente es orar cuando nos sentamos a comer. Es totalmente apropiado que le demos el mérito a Dios por proveernos tan rica y consistentemente no sólo de pan, sino de todos los alimentos. La tierra fértil, la lluvia, las semillas y la luz del sol
vienen de él. Es humillante pero acertado ver a Dios como la fuente de todo alimento que se coma. El "pan de cada día" es también una metáfora para expresar todo lo que se necesita para tener una vida saludable y productiva. La elección que hizo Jesús de la humilde palabra pan recuerda que Dios se obliga a darle todo lo que necesita, aunque quizás no todo lo que usted quiera. De cada día es también una alusión al maná de los israelitas, el pan milagroso que apareció todos los días mientras vivieron en el desierto después del éxodo de Egipto. El "pan de cada día" recuerda que Dios generalmente no pone frente a nosotros las provisiones con un año de anticipación; prefiere suministrarlas según las necesidades.