"Cuando oréis, decid: ‘El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy’" (Lucas 11:2,3).Una costumbre muy conveniente es orar cuando nos sentamos a comer. Es totalmente apropiado que le demos el mérito a Dios por proveernos tan rica y consistentemente no sólo de pan, sino de todos los alimentos. La tierra fértil, la lluvia, las semillas y la luz del sol
vienen de él. Es humillante pero acertado ver a Dios como la fuente de todo alimento que se coma. El "pan de cada día" es también una metáfora para expresar todo lo que se necesita para tener una vida saludable y productiva. La elección que hizo Jesús de la humilde palabra pan recuerda que Dios se obliga a darle todo lo que necesita, aunque quizás no todo lo que usted quiera. De cada día es también una alusión al maná de los israelitas, el pan milagroso que apareció todos los días mientras vivieron en el desierto después del éxodo de Egipto. El "pan de cada día" recuerda que Dios generalmente no pone frente a nosotros las provisiones con un año de anticipación; prefiere suministrarlas según las necesidades.
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