lunes, 9 de febrero de 2015

Autocontrol - Reflexiones

En 1885, el escritor escocés Robert Louis Stevenson escribió un maravilloso "cuento de duendes", como él lo llamó, para ilustrar la dualidad de la naturaleza humana. Le dio el título de El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Fue un gran éxito entre el público lector. La gente se identificó de inmediato con el dilema diario del buen doctor, su lucha interna para controlar la bestia que había dentro de él.

Un día vamos a estar sin pecado. Un día dejaremos de ser esquizofrénicos. En el cielo seremos íntegros. En el cielo no tendremos que volver a luchar con el Mr. Hyde que llevamos dentro.

Mientras tanto, trabajamos en el autocontrol. El amoroso Dios comparte su poder con nosotros, un poder que fluye a nuestra mente y corazón por medio de su maravillosa Palabra. Él nos da la seguridad de que podemos reprender al diablo, y él huirá de nosotros.

También podemos reprender la versión junior del diablo que hay en nosotros. “El que ahorra palabras tiene sabiduría; prudente de espíritu es el hombre inteligente” (Proverbios 17:27).

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