miércoles, 25 de febrero de 2015

Haga dinero a la manera de Dios - Reflexiones

Una de las cosas que todo el mundo sabe a ciencia cierta acerca del dinero es que es la raíz de todo mal, ¿verdad? Bueno, pues no. Lo que en realidad dice la Biblia es que el amor al dinero es la raíz de todos los males. ¿Puede ver la diferencia?

El dinero es sólo una herramienta, es energía portátil; es una manera muy conveniente de convertir el trabajo en bienes, y la necesidad de bienes en trabajo. El dinero es una manera mucho mejor de conservar la riqueza que teniendo ganado.

Si usted es pobre, Dios ciertamente lo ama, y le ayudará a sobrevivir. Y es verdad que el materialismo y la idolatría al dinero son ciertamente pecados mortales. Pero también es cierto que no es el deseo de Dios que todos los de su pueblo sean pobres; él aprueba que usted haga dinero, le agrada que construya un patrimonio para las necesidades de su familia, para invertir en la comunidad y para aportar con generosidad para la difusión del Evangelio. “La mano negligente empobrece, pero la mano de los diligentes enriquece” (Proverbios 10:4).

¿Lo entendió? Dios no solo permite que usted se proponga construir un patrimonio; de hecho, le promete que va a bendecir su intenso trabajo.

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