miércoles, 18 de febrero de 2015

Comparta sus juguetes - Reflexiones

¿Ha notado que muchas de las enseñanzas de Cristo son paradójicas (es decir, que parece que contradicen los principios establecidos de la vida humana)? Cuando Jesús dijo que en el mundo de Dios "los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos", lo decía en serio. La economía de Dios a veces exige un salto de fe, pero esto es lo asombroso: ¡sus principios obran exactamente como él lo promete!

He aquí un ejemplo: “El alma generosa será prosperada: el que sacie a otros, también él será saciado” (Proverbios 11:25). Se puede pensar que eso es absurdo porque, si les doy mis cosas a otras personas, automáticamente voy a tener menos. Pero en la economía de Dios, los que confían en sus palabras y se atreven a vivirlas, hallan en todas partes su mágica “saciedad”.

A Dios le agrada que usted sea hospitalario . . . que comparta su comida con los que tienen hambre . . . que contribuya a un refugio para indigentes . . . que se ofrezca como voluntario en una tienda benéfica . . . que sea el tutor de un niño huérfano . . . que contrate a un adulto discapacitado. . . vigile un cruce escolar . . . conduzca a una persona anciana al médico . . .

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