lunes, 9 de noviembre de 2015

Características de la oración poderosa: En el nombre de Jesús

Antes de ser detenido, torturado y asesinado, y sabiendo que todo eso iba a suceder, Jesús pasó unas horas intensas con sus discípulos, les dio información importante sobre cómo continuar con su vida y ministerio, cuando ya no iban a tener su presencia física en medio de ellos.

En especial quería que supieran que la estrecha relación que tenían con el Padre iba a continuar, porque su Salvador seguiría siendo su enlace personal con el trono. 

"todo cuanto pidáis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo" (Juan 16:23,24).

Cuando uno escucha a los cristianos orar, a menudo oye que terminan las oraciones
diciendo: "en el nombre de Jesús", o de manera más formal: "por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos". Mencionar el nombre propio de Cristo es una buena costumbre, pero no es lo que Jesús quiso decir, no es sólo adjuntar su nombre propio como si fuera un rótulo genérico a las comunicaciones celestiales.

Orar en el nombre de Jesús significa creer que él es su Salvador, que su veredicto en el cielo se ha cambiado de "condenado" a "salvado", que ahora usted es considerado como hijo de Dios, y todo eso sólo por causa de Jesús.

También significa que pide en su nombre, en el sentido de su revelación, es decir, que cumple con su mandato de poner primero los planes de Dios.

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