jueves, 11 de junio de 2015

Un don de Dios - Reflexiones

Feliz es el hombre que ha aprendido a decir “Me case con alguien mejor que yo”. He escuchado eso docenas de veces de colegas pastores, que les dan gran crédito a sus esposas por haberlos hecho pasar por la “escuela de modales para señoritas”.

Los beneficios del matrimonio son muchos más que solo ayudarles a los hombres a encontrar la manera de expresar la sexualidad sin pecar. Las esposas les ayudan a los hombres a comprender la forma como piensa el otro 50% del mundo. Las esposas le llevan gracia y belleza, fragancia y flores a la vida. Las esposas le llevan intuición y sensibilidad, atención y alegría al corazón en las relaciones. A las mujeres se les ha concedido la reproducción humana, y solo por medio de ellas pueden nacer los bebés en un hogar solitario.

La única manera como Adán podía recuperar la costilla que le faltaba era casándose. Se emocionó al conocer a Eva. Los hijos de Adán todavía se emocionan cuando se les da una de las hijas de Eva. “El que encuentra esposa encuentra el bien y alcanza la benevolencia de Jehová” (Proverbios 18:22).

Esposos, ¿están escuchando? Repitan conmigo: "Gracias, Señor, por el regalo de mi esposa".

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