miércoles, 20 de agosto de 2014

Matrimonios - Platiquen entre ustedes

Por Jud Wilhite Lori Wilhite De Central Christian Church en Las Vegas, NV.
Ezequiel 36:26Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo
La comunicación es esencial en nuestras relaciones. Necesitamos tiempo para repasar los hechos del día, compartir las altas y bajas del trabajo, la casa, y la escuela. Pero hay esa tentación de no compartir algunas cosas, de no comunicar nuestros sentimientos o nuestras luchas con nuestra pareja.

Varios años atrás, nos enfrentamos a una gran barrera en nuestro matrimonio. Parecía como si hubiera una lista sin fin de cosas que Jud tenía que hacer, trabajaba mucho, y muchas horas. Y francamente, yo (Lori) me sentía abandonada. En este tiempo, yo tenía dos niños en casa, uno de dos años y un recién nacido. Me pasaba los días con pañales, muñecas, y Dora la Exploradora. Sentía como si raras veces viera a mi esposo. No me sentía como si estuviera compartiendo la iglesia con él; sentía como si lo hubieran tomado de rehén y se me hacia muy difícil tenerlo de regreso.

La frase que se repetía una y otra vez en mi mente era que si Jud fue llamado por Dios a hacer este trabajo,  yo tenía que aguantar y hacer de tripas corazón. Y así lo hice. Tomé un respiro, baje la cabeza, y me puse a trabajar. Pero en ese año, la amargura hizo raíz, y yo tome voto de silencio sobre lo que estaba sucediendo en mi corazón y en mi vida.

Pero finalmente llegó ese momento que salvo nuestro matrimonio.  Una noche, en el teléfono con una amiga, confesé que me sentía como una madre soltera. Y por gracia de Dios, Jud entró justo en en momento preciso.  Él estaba agobiado por el hecho de que yo me sintiera tan sola y abandonada. La noticia le llegó como un balde de agua fría. !No tenía ni la menor idea de que yo me sentía de esta manera! Nos sentamos juntos, y por primera vez, le deje saber todo lo que había estado sintiendo. Increíblemente, él no había podido leer mis pensamientos! ¿Lo puedes creer?

No más silencio. No más sufrir a espaldas del otro. Era el tiempo de poner atención a nuestra salud emocional, espiritual y relacional. Necesitábamos empezar el duro trabajo de lograr que nuestro matrimonio regresara a ser saludable.

No sabemos que es lo que te esta impidiendo el compartir con tu pareja las luchas y batallas que están sucediendo en tu corazón y tu vida, pero por favor, no las cubras más con el silencio. Empieza estas conversaciones difíciles, para que puedan empezar a avanzar como pareja, en un mismo equipo, hacia un matrimonio saludable.

Acerca de ti:

  1. ¿Sientes la libertad y la seguridad de compartir lo que esta en tu corazón con tu pareja? SI. NO. ¿Por qué?
  2. ¿Qué pasos necesitas tomar hoy para empezar un futuro honesto con tu cónyuge?

0 comentarios:

Publicar un comentario